El Día Mundial del Refugiado se celebra cada 20 de junio para recordar la fuerza, valor y perseverancia de aquellas personas que desgraciadamente tienen que huír de su país por guerras o por persecuciones. Su condición y su protección están definidas por el derecho internacional y no deben ser expulsados o devueltos a situaciones en las que sus vidas y sus libertades corran riesgo. Nadie lo abandona todo si no es para defender su vida y la de su familia.
Fue el 4 de diciembre de 2000 cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió que, a partir del año 2001, el día 20 de junio sería el Día Mundial del Refugiado.