Durante un partido de fútbol local en Irán un espectador lanzó una granada de mano al terreno de juego. Un jugador la encontró y pensando que era otro objeto, la cogió y la arrojó fuera del campo detrás del corner. A los poco segundos, la granada EXPLOTA para sorpresa de todos, librándose él y los jugadores que había cerca de una desgracia.
Lógicamente tras la explosión el árbitro suspendió el partido y los jugadores se retiraron, afortunadamente sólo con el susto en el cuerpo. Esto sí que es un sabotaje a lo bestia.
Mira la secuencia en el siguiente vídeo:
http://www.youtube.com/watch?v=hRgiLRbawEU