En los últimos Juegos Olímpicos nos hemos encontrado con deportistas que han sufrido más de la cuenta y han despertado cierta simpatía del público por su peculiar situación «amateur».
Nos referimos a esos atletas invitados que, sin alcanzar los tiempos mínimos requeridos, participan gracias a un sistema diseñado para admitir deportistas de países en vías de desarrollo.
En los pasados Juegos Olímpicos de Sidney, se hizo famoso el nadador ecuatoguineano, Éric Moussambani, apodado Eric la anguila, que con su prueba de natación, casi agónica, fue una de las anécdotas de aquellos Juegos.
Moussambani nadó en la prueba de los 100 metros libres con un tiempo de 1 minuto 52 segundos, más del doble que sus competidores más rápidos e incluso superior al tiempo empleado para los 200 metros.
Mira, recuerda como fue aquel momento:
Lo que son las cosas. Actualmente Moussambani es entrenador del equipo nacional de natación de Guinea Ecuatorial.
En los actuales Juegos Olímpicos de Londres, hemos tenido a Djibo Issaka, un remero nigeriano que también sufrió para concluir su prueba. Y es que el pobre Issaka apenas llevaba 3 meses entrenando este deporte, tal vez por eso le costó tanto mantener la línea recta durante la prueba.
Míralo en acción en este vídeo de un aficionado:
Moussambani nadó en la prueba de los 100 metros libres con un tiempo de 1 minuto 52 segundos, más del doble que sus competidores más rápidos e incluso superior al tiempo empleado para los 200 metros.
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