En Letonia cada conductor puede poner, previo pago de una tasa, lo que quiera en la matrícula de su coche: una palabra, un símbolo, un número, etc.
Echad un vistazo a los ejemplos de matrícula ya existentes allí porque no tienen desperdicio. Lo bueno es que ahora, cuando el de delante nos haga una pifia, podremos dirigirnos al susodicho por su nombre y sin molestar a su madre : ¡Muévete, Goblin de los coj..!, ¡Pues sí que conduces como un Troll, gilipo..!
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