Tip Top, es una película franco-belga de Serge Bozon basada en la novela homónima del escritor británico Bill James, y cuyo guión ha sido adaptado por el propio Bozon en colaboración con su esposa, la cineasta Axelle Ropert. El estreno previo de la película tuvo lugar en la sección «Quinzaine des réalisateurs» de la 66ª edición del Festival de Cannes, en 2013 y un año y medio más tarde tenemos por primera vez en España la oportunidad de disfrutar de una de las cintas del director francés. A pesar de ser casi desconocido en España, Bozon es un cineasta muy reconocido en Francia que aparte de director, ejerce de actor, guionista, dj y como prestigioso crítico de cine. No obstante, el gran atractivo del largometraje lo conforma sus dos actrices protagonistas.
Argumento
¿Y yo que pensé al encontrarme a las dos omnipresentes del cine galo en la misma película, que me iba a tropezar con una versión de Thelma y Louise a la francesa? Pero nada más lejos de la realidad, Isabelle Hupert y Sandrine Kiberlain cambian el polvo evocador de la ruta 66, por otros más grises de una anodina localidad de las afueras del norte de Francia. Su reto no es redescubrir la libertad como en la cinta de Scott, sino esclarecer la verdad en relación a la muerte un informador de la policía de origen argelino.
Esther Lafarge (Hupert) y Sally Marinelly (Kiberlain), son dos policías de asuntos internos que reciben la misión de investigar a la comisaría provincial de Neuville. En su búsqueda, acaban siendo investigadas por el tercero en discordia, su colega Robert Mendes, interpretado por François Damiens (‘La Delicadeza’). Las dos heroínas superarán de forma surrealista los obstáculos de la investigación en una sucesión de escenas (que más parecen viñetas del absurdo) entre sus colegas masculinos de la comisaría local, posibles testigos y allegados del colaborador asesinado.
El hilo argumental de esta película no es sino una excusa para mostrar de forma caricaturesca los entresijos de una comisaría de provincias, de los protagonistas y del complejo entramado de relaciones entre franceses y árabes.
Los personajes, con tintes esperpénticos, muestran de forma burda sus múltiples contradicciones. Lafarge con una hoja de servicios absolutamente impecable y seguidora estricta de protocolos, vive una ‘impactante’ vida sexual con su marido, en la que ambos se dedican a propinarse estacazos en escenas que más se acercan al slapstick que a la oscura sensualidad del BDSM. En los últimos minutos nos regalará de forma obsesiva la imagen de su lengua que a modo de pala utiliza para recoger la sangre que le chorrea por la nariz fruto de su ‘agitada’ vida sexual.
Francamente, me quedo con el BDSM de la Hupert de Haneke. Mendes que detesta públicamente a los ‘moros y maricones’, estudia secretamente árabe y lee en sus ratos libres ‘cómo vivir mejor el Islam’, mientras disfruta jugando a sodomizar el cadáver de su jefe muerto. Por último, Marinelly, degradada a asuntos internos por su falta de ética, se dedica a contemplar las argucias de su jefa en su trabajo (Lafarge) mientras practica el más evidente voyeurismo exhibicionista en su vida real, dejando poco a poco su actitud contemplativa para transformarse en una doble de su mentora a la que llega a eclipsar. Con diferencia Kiberlain es la mejor de los tres, consiguiendo darle un toque de humor a la historia, sin caer en el ridículo y aportándole una mínima credibilidad.
Fotografía
La fotografía corre a cargo de Cecile Bozon, hermana del director, que con una cierta maestría reflejará el insípido ambiente de la vida en provincias. Localizaciones muy limitadas y apenas exteriores, así como la utilización del mismo vestuario por parte de los protagonistas durante toda la cinta acentuarán ese gris sólo alterado por la muerte de Benamar, las revueltas de Argel, omnipresentes en todas las televisiones y el oxidado brillo de las medallas de los viejos dirigentes Franceses.
Conclusión
Tip-Top es una película que desde luego no deja indiferente, y que como ya mostrara Bozon en ‘la France’ es una amalgama de géneros cinematográficos, a medio camino entre el cine y el teatro del absurdo. Tip-top pretende ser un poco thriller, un poco comedia y un poco crítica social de la Francia actual, y así genera algo de suspense, arranca alguna risa, y crea una leve conciencia social, pero falla estrepitosamente en cualquiera de estos géneros. Para algunos, Bozon es un talento a seguir, dentro de la ‘nueva ola francesa de cineastas-críticos’, para otros un director de bodrios memorables, en cualquier caso tiene una forma de hacer cine que cuando menos sorprende.
Estreno en cines españoles el próximo 24 de octubre.